Tanto Pelluhue como Curanipe son pueblos de pescadores en los que existen caletas, en estas la imagen de San Pedro esta presente. Como su santo patrono, aparece en ambos por sobre los pescadores, en altura, dominando la caleta.
En el trabajo del pescador la familia se transforma en un pilar importante, es el apoyo, el otro 50% de su actividad. La religión, entonces, el culto a su dios y a su santo protector, es parte de este apoyo, es una facción de esta “otra” mitad del trabajo. Muchas veces es el refugio y la fuente de esperanza y energía de los pescadores y sus familias.
MUNDO TERRENAL - ESPIRITUAL
La caleta aparece como un punto fijo, un espacio claro dentro de la bahía, un lugar que a través de los botes, de la salida de los pescadores se relaciona con el mar, un espacio totalmente abierto, extenso, tranquilo, calmo. Esto habla de un “sumergirse”, adentrarse, desde la tierra, desde un suelo firme, seguro, donde se encuentran sus familias, sus casas, su pueblo, hacia un espacio, “mundo”, de mayor inseguridad, de calma abismarte, un espacio en el cual se pierden los limites y referentes. El pescador se encuentra sólo con su labor, es en este punto en el cual surge la necesidad de aferrarse a algo, de creer, su fe cobra una gran importancia.
EL PASO
Desde el paso mas firme, claro y seguro, el del pueblo, comienza un descenso, un cambio al pasar a la playa, en donde la arena comienza a cambiar el caminar hasta llegar a la orilla. En la orilla las olas crean un limite difuso, que se expande y contrae, constantemente cambia, al mismo tiempo que es brusco y fuerte. Luego, mar adentro, ya todo es calma, tranquilidad, se pierde el limite claro, el cielo y el agua son lo único que prevalece.
Buscar el “sumergirse en el mar”, a través de un espacio muy cerrado del que nace una tensión, que ira abriendo este espacio en dirección al océano
Gracias por su tiempo.